lunes. 29.04.2024
El Vaquilla

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Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx

Nací aquí, en este otro lado de la sociedad. Y nunca pude, o nunca quise, pasar al otro”. Así analizaba su vida Juan José Moreno Cuenca, más conocido como el Vaquilla. Famoso delincuente y actor que pasaría a la posteridad durante los años 80 y 90 gracias al filme de José Antonio de la Loma, “Yo, el Vaquilla”, en el que se narraba la vida de este emblemático atracador de Barcelona y que le convertiría en un icono del llamado cine quinqui. Más allá del mito, lo cierto es que tuvo una vida llena de complejidades y penurias marcada por una adicción a la heroína que, además de impedirle salir de la delincuencia, le llevó a infectarse con VIH, que a la postre le acabaría provocando la muerte en diciembre de 2003. Nada raro dentro de los iconos del famoso cine quinqui, ya que otros “entrañables” delincuentes de esa época como el Torete, El Pirri o José Antonio Valdelomar corrieron suertes parecidas.

Con el fin de aproximarse a la figura de este icono del cine, el guionista Manolo López Roy y el dibujante Kepa de Orbe acaban de publicar un cómic de ECC y Cascaborra Ediciones bajo el título de “El vaquilla”. Un interesante trabajo que resume la vida de este famoso atracador de bancos que jamás pudo encontrar el rumbo en la vida y que fue el inductor de episodios muy mediáticos como el famoso motín en la cárcel modelo de Barcelona en 1984, en el que logró que todo el mundo se enterara de la difícil situación en la que tenían que vivir los presos.

Como reconocen los propios autores, el cómic está basado en las dos autobiografías que escribió desde la cárcel (Yo, el Vaquilla y Hasta la libertad) y en el propio seguimiento que los medios de comunicación hicieron de su vida. El resultado son 88 páginas en las que podremos conocer un resumen de cómo fue la vida del Vaquilla desde su niñez en los suburbios marginales de Barcelona hasta sus últimos años de vida marcados por la heroína. Una vida marcada por la delincuencia, en la que de sus cuarenta y dos años de vida pasó veintiocho encarcelado.

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El guion de López Roy, acompañado del dibujo en blanco y negro y detallado y de tonos sombríos de Kepa de la Orbe, ayuda a dar forma a una historia carcelaria que no busca suavizar ni justificar su vida, y que se limita a exponer cuáles fueron los momentos clave en la vida de Juan José Moreno Cuenca. Es el lector quien debe sacar conclusiones y ver si realmente podría ser definido como un delincuente bueno.

No obstante, más allá de conclusiones morales, son muy interesantes las reflexiones que se recogen en el prólogo, en las que se incluye una que hizo Manuel Vázquez Montalbán sobre la vida del Vaquilla, en la que lo definió como “víctima de su propio destino porque no ha sabido, querido, o podido aprovechar las ocasiones que se le han presentado”. Sí, este es el resumen más acertado de su vida, ya que solo con el éxito y el dinero que recaudó con sus autobiografías podría haber logrado dar sentido a su paso por la carcel. Tampoco el matrimonio con Isabel Faya, recogido muy bien en el cómic, pudo ayudarle a lograr una estabilidad en la vida, ya que su lucha contra el sistema carcelario, y especialmente las drogas, acabaron llevándolo a la muerte.

Reflexiones muy interesantes para un cómic que se define como una aproximación muy original a la que fuera una de las figuras más icónicas de la España de la transición.

'El vaquilla': retrato de un icono quinqui