lunes. 29.04.2024

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Isel Sánchez Vega | @IselSv


Sinopsis: Jackie está decidida a triunfar como culturista y se dirige a Las Vegas para participar en una competición. En su camino, pasa por un pequeño pueblo de Nuevo México donde conoce a Lou, la solitaria gerente del gimnasio local. El padre de Lou es traficante de armas y lleva las riendas de un sindicato del crimen. Jackie y Lou se enamoran. Pero su relación provoca violencia y ambas se ven inmersas en las maquinaciones de la familia de Lou.

El que promete ser el nuevo hit de A24 llega de la mano de Rose Glass, segunda cinta de la directora británica tras “Saint Maud” (2017), la siempre mediática Kristen Stewart y el gran descubrimiento de Katy O´Brian. “Sangre en los Labios” aterriza en las salas de nuestro país gracias a Avalon y Filmin.

“Sangre en los Labios” es una cinta única, con un enfoque muy personal y que va a dar mucho que hablar, pero lo más probable es que se convierta en película de culto

Los años ochenta están llegando a su fin en el sur de Estados Unidos. Lou es la gerente de un gimnasio en el que se trafica con esteroides al que un día llega Jackie, una culturista que se dirige a las Vegas para participar en una competición. Jackie también trabaja con el padre de Lou, traficante de armas. Lou tiene una hermana a la que su marido maltrata pero al que ella justifica en todo momento. Casi todos los ingredientes que nos presenta la cinta son sinónimo de peligro inminente.

La historia erótico-romántica está muy bien escrita y conforma lo que es una primera mitad espectacular. ¿Quizá porque se trata de una pareja formada por dos mujeres que está contada desde el punto de vista de una mujer? Quizá. Y aun tratándose de una mirada femenina la relación no está idealizada. Enseguida la toxicidad envolverá a la relación, en sentido figurado y literal (pensad en los esteroides). Y es que lo más fácil a la hora de contar una historia LGBT ambientada en los ochenta de la “América profunda” habría sido caer en el dramón de un amor imposible. Sin embargo, Rose Glass demuestra que las historias queer necesitan formar parte de todos los géneros cinematográficos.

Kristen Stewart exhibe cada vez mejor sus grandes cualidades como actriz en el que sin duda es el mejor momento de su carrera. Tras pasar su primera etapa por películas tipo mainstream lleva unos años apostando por el cine independiente con productos más arriesgados y que representen un reto de mayor calibre. En este recorrido ha trabajado de la mano de directores de la talla de Pablo Larraín o David Cronenberg. Ya habíamos visto a Katy O´Brian en series como “Agentes de Shield” o “The Mandalorian” pero nunca en un papel de cine tan destacable como este. Papel que sorprendentemente consiguió gracias a Twitter. Parece que de vez en cuando esta red social hace cosas positivas por el cine. La porción más destacable del reparto la completa un excéntrico Ed Harris, que se lo pasa pipa jugando con armas y comiendo escarabajos. Solo que hay que ver su comportamiento y su curiosa cabellera para permitirle todo y más al filme.

El guión juega de manera magistral con la empatía que el espectador debería mostrar hacia los personajes. Ni las protagonistas se libran de una moral cuestionable, pero al ser precisamente todos grises el espectador va a tenerse que quedar con los grises claros.

La fotografía y la ambientación son espectaculares. El vestuario, los peinados, el soundtrack y otros elementos sumergen al espectador en la época desde el segundo uno. Su aspecto hiperrealista inicial contrasta con los posteriores sueños (que funcionan como flashbacks), alucinaciones y otros elementos fantásticos que se van a ir introduciendo mediante un filtro rojo que avisa de que aquello está atormentando a las protagonistas. Aunque sin duda, los momentos más impactantes surgen de la violencia que llega sin previo aviso y en los que la realizadora apenas se impone vetos. Mandíbulas colgando, vómitos salvajes y venas a punto de explotar son solo algunos de los elementos que utiliza para disrumpir de manera efectiva.

Quizá la película pasa de manera demasiado brusca del romance al descalabre, aunque no llegue a desapegarse de lo primero, sin tiempo para desarrollar a sus personajes, principalmente a Jackie. Esa urgencia porque se vaya todo de madre le suprime cierta profundidad y difumina los motivos reales de la culturista cuyo vacío es únicamente rellenado por los momentos tintados citados anteriormente. La parte positiva de todo esto es que el ritmo no decae en ningún momento.

La cinta tiene momentos de una tensión brutal, la mayoría aliviados con pequeñas dosis de humor negro, pero cuando estos se empiezan a suceder de forma reiterada el suspense se difumina y la sorpresa se pierde. Si hubiesen tratado algunos aspectos de manera más pausada como son el desarrollo de Jackie o las decisiones que toman los personajes en el último tramo la fiesta hubiese sido redonda. No obstante, poco se le puede recriminar a un producto tan atrevido y gamberro que rara vez hemos podido disfrutar desde la etapa más alocada de los Coen.

El largometraje deja un mensaje claro: la violencia solo trae más violencia. Por mucho que todo parezca arreglado la sangre va a salpicar una y otra vez, e incluso así, el amor nos puede cegar y hacernos continuar con una situación tan destructiva que en otro contexto nos parecería completamente irrazonable. Uno de los mayores culpables puede ser el pasado, que nos puede atosigar y atormentar la mente hasta cambiar nuestra percepción de la realidad.

“Sangre en los Labios” es una cinta única, con un enfoque muy personal y que va a dar mucho que hablar, pero lo más probable es que se convierta en película de culto y tenga sus mayores seguidores en unos años.


Duración: 104 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Rose Glass
Género: Thriller, Drama
Estreno en España: 12/04/24
Reparto: Kristen Stewart, Katy O´Brian, Ed Harris, Jena Malone, Dave Franco, Anna Baryshnikov, Jerry G. Angelo, David DeLao, Keith Jardine

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