lunes. 29.04.2024
Israel bombardeó el consulado iraní en la capital siria Damasco
Israel bombardea el consulado iraní en Damasco

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El pasado 1 de abril, Israel bombardeó el consulado iraní en la capital siria Damasco, violando las soberanías siria e iraní y la inmunidad de las instalaciones diplomáticas y consulares establecida por la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, produciendo siete muertos entre el personal diplomático, entre ellos el general de la Guardia Revolucionaria iraní, Reza Zahedi. No es la primera vez desde que estalló la guerra en Gaza. Ya en diciembre del pasado 2023, Israel asesinó en Irak, por el mismo procedimiento, al general, también de la Guardia Revolucionaria iraní, Razi Mousari, coordinador en el área de Eje de Resistencia propalestino encabezado por Irán. 

Como era de esperar, el régimen iraní ha reaccionado con amenaza de represalias, de momento más bien inconcretas, frente a las que Israel ha sido contundente: atacará suelo iraní en caso de que Irán ataque directamente territorio israelí desde territorio iraní. 

¿Va a caer Estados Unidos y eso que llamamos el mundo occidental o la OTAN+ en esa trampa con tal de mantener a Israel como su gendarme en el área? 

Aunque Israel nunca reconoce como propias sus frecuentes acciones armadas contra terceros países y, por lo tanto, esta vez tampoco, esta contundente y rápida respuesta a las amenazas iraníes -que en ningún momento han citado expresamente la posibilidad de atacar directamente suelo israelí desde el propio Irán- aconseja analizar si estas acciones concretas, el nuevo ataque directo a la Guardia Revolucionaria iraní en territorio de un tercer país y su alusión a la posibilidad de un intercambio de ataques directos entre los territorios de ambos países, no tienen una especial razón de ser. 

Israel se encuentra en un momento difícil. La guerra se está prolongando más, probablemente mucho más, de lo que inicialmente había calculado y sus métodos están recibiendo una valoración que le está conduciendo a un aislamiento internacional cada vez más amplio y exigente, como demuestra la posición cada vez más crítica de su gran valedor y sostenedor político y material, Estados Unidos. No sólo ha tenido que “tragar” con que se abastezca a la población palestina cercada en la Franja desde el aire (lanzamientos paracaidistas, con todo lo poco efectivos que son) y desde el mar (a pesar de lo insuficientes que resultan), sino que se ha visto obligada a “prometer” (porque todavía no lo ha cumplido) que abrirá un par de pasos terrestres para la entrada de la ayuda humanitaria y la asistencia sanitaria desde su propio territorio. Porque el hacinamiento, la hambruna y la desasistencia sanitaria son armas de guerra, no nos engañemos, que Israel está utilizando para volver a la población de la Franja en contra de Hamás y de los demás grupos armados palestinos para que no vuelvan a confiar en ellos, así como a considerar cada vez con menos desagrado (los propios palestinos y la propia comunidad internacional, especialmente de algunos países vecinos) la posibilidad de emigración al exilio exterior, esa ansiada por Israel segunda al-nakba (catástrofe).

El hacinamiento, la hambruna y la desasistencia sanitaria son armas de guerra, no nos engañemos, que Israel está utilizando para volver a la población de la Franja en contra de Hamás y de los demás grupos armados palestinos

Israel ha tenido que sacar a sus tropas de la zona sur (área de Rafah) y empieza a aceptar un retorno (de momento moderado e inseguro) de desplazados a Jan Yunis y quizás con el tiempo a la propia ciudad de Gaza y el norte de la Franja. Y, sobre todo, cada vez más países amenazan con reconocer al Estado palestino, a que se admita a éste como Estado miembro de pleno derecho de la Organización de las Naciones Unidas y a exigir la fórmula de Dos Estados de los Acuerdos de Oslo de 1993.

De modo que Israel puede estar empezando a ser consciente de que, si bien puede estar ganado la guerra en Gaza, la de los combates, la destrucción, las muertes, el hacinamiento, la hambruna y la desasistencia sanitaria, está perdiendo la guerra de Gaza, la que involucra directamente a más países que la sola franja de Gaza e indirectamente a muchos más, la que está siendo valorada desde el punto de vista del derecho de la guerra y del derecho humanitario por todo el Sistema de las Naciones Unidas, incluida la Corte Internacional de Justicia, con la excepción del Consejo de Seguridad lastrado por su vetusta prerrogativa del veto, y la que pasará a la historia.

Y si esto es así, quizás Israel piense que hay que huir hacia delante, que hay que transformar la guerra en otra guerra en la que Israel no tenga que combatir solo y no se le considere el único responsable. Y la víctima propiciatoria puede ser muy bien Irán, dado su historial reciente de enfrentamiento enconado tanto con el propio Israel como con Estados Unidos y el ámbito OTAN+, el más propicio a Israel en las presentes circunstancias. Hay que generalizar la guerra, hay que provocar a Irán hasta que responda, hasta que su pugna con Israel, hasta ahora vicaria a través del Eje de Resistencia, se transforme en real, en enfrentamiento armado, en auténtica guerra de destrucción y muertes. Y a partir de ahí … que sea lo que dios (sea Yahvé o Alá) y Estados Unidos quieran. 

¿Va a caer Estados Unidos y eso que llamamos el mundo occidental o la OTAN+ en esa trampa con tal de mantener a Israel como su gendarme en el área? 

Huida hacia delante