lunes. 29.04.2024

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Las cosquillas han sido durante mucho tiempo un tema de fascinación para académicos e intelectuales a lo largo de la historia, incluidos Darwin o Freud. Este intrigante fenómeno tiene una importancia significativa en las interacciones humanas, ya que a menudo sirve como un medio para fomentar la cohesión social y los vínculos y provocar diversión. Se han identificado dos tipos de cosquillas: la gargalesis y la knismesis. La gargalesis implica cosquillas vigorosas y juguetonas, lo que lleva a una risa robusta y reacciones incontrolables de las cosquillas. Por el contrario, la knismesis representa una forma más suave y sutil de cosquilleo, desencadenada por toques o movimientos suaves en la piel. La respuesta a la knismesis generalmente se caracteriza por una ligera sensación de incomodidad u hormigueo en lugar de la risa intensa que se observa en la gargalesis. Las cosquillas pueden reflejar dinámicas de poder dentro de las relaciones, influyendo en la expresión y negociación de roles y límites sociales. Estudios previos han descrito las cosquillas como el componente básico para el desarrollo del humor en los bebés.

A lo largo de la historia, las cosquillas han dejado huellas en la literatura antigua, representaciones artísticas y costumbres culturales. Filósofos como Aristóteles contemplaron su naturaleza, particularmente la provocación de la risa a través de estímulos cosquilleantes. Sin embargo, la percepción de las cosquillas ha mostrado variabilidad en diversas sociedades y épocas históricas, lo que refleja la diversidad de experiencias humanas e interpretaciones culturales. Si bien algunas culturas lo adoptaron como una forma de entretenimiento, otras lo vieron con sospecha o lo emplearon como una forma de castigo o tortura. Las cosquillas han encontrado aplicaciones en estudios sobre el alivio del estrés de la risa, extendiéndose a modelos animales. Las cosquillas también se han explorado como una intervención no amenazante en ciertas formas de terapia, lo que impulsó el desarrollo de instrumentos portátiles para hacer cosquillas.

Hacer cosquillas es una actividad íntima que requiere un cierto nivel de confianza mutua. Puede unir a las personas y servir como salida para la energía sexual

A pesar de que las cosquillas son algo común en las sociedades humanas, sigue siendo un tema notablemente subrepresentado en los estudios sobre el tacto. Esta brecha en la investigación se destaca en un reciente metaanálisis a gran escala de estudios sobre intervenciones táctiles y bienestar, que no encontró casos de cosquillas en más de 200 estudios. Sin embargo, hay algunos estudios notables sobre las cosquillas en el campo de la psicología que a menudo exploran los mecanismos neuronales y psicológicos que subyacen a las sensaciones de cosquillas, así como su relación con la risa, la alegría y el vínculo. Los neurocientíficos han explorado el procesamiento del tacto dentro del sistema nervioso, así como las regiones del cerebro y las vías nerviosas implicadas en la respuesta al cosquilleo. En el campo de la fisiología, los investigadores han examinado las respuestas fisiológicas a las cosquillas y al tacto, como los cambios en la frecuencia cardíaca, las hormonas, expresiones faciales; y tono muscular. Algunos estudios han explorado la importancia evolutiva de las cosquillas y sus posibles funciones adaptativas en las interacciones humanas. La perspectiva evolutiva busca comprender por qué los humanos y ciertos animales encuentran placenteras y atractivas las cosquillas.

Si bien una extensa investigación se ha centrado en el comportamiento sexual humano, incluidas las fantasías, la sorprendente participación de las cosquillas en las prácticas sexuales sigue siendo relativamente desconocida para muchas personas, lo que hace que la exploración de las cosquillas sexuales se descuide en gran medida en la investigación científica. Este aspecto de las cosquillas se reconoce principalmente dentro de una pequeña comunidad de nicho. Sin embargo, con el auge de las redes sociales, ha habido un aumento reciente en la visibilidad, lo que ha permitido que estas personas obtengan más reconocimiento entre una audiencia más amplia, especialmente después del estreno del documental "Tickled" en 2016, dirigido por David Ferrier y Dylan Reeve. Se ha argumentado que las cosquillas infantiles lúdicas se convierten en juegos sexuales en adultos. En los datos de su cuestionario, Provine recopiló respuestas que respaldan esta hipótesis. Por ejemplo, demostró que las cosquillas eran una forma popular de juego previo sexual entre los hombres y las mujeres encuestados. Knismolagnia/Knismophilia/Titillagnia, también conocida como fetichismo de cosquillas, se refiere a personas que experimentan excitación sexual o obtienen placer sexual al hacer cosquillas a otros o al recibirles cosquillas. Se han investigado varios tipos de fetiches, pero las omisiones notables incluyeron la evaluación del fetichismo de cosquillas.

Las experiencias relevantes de la infancia, como la representación de cosquillas en los dibujos animados, jugaron un papel decisivo en el desarrollo posterior de un fetiche por las cosquillas

En el contexto del fetichismo de las cosquillas, BDSM (Bondage, Disciplina, Dominancia, Sumisión, Sadismo, Masoquismo) representa un espectro de prácticas eróticas que involucran dinámicas de poder y juegos sensoriales. Los roles de cosquillas y cosquillas en el fetichismo de las cosquillas pueden compararse con los roles dominante y sumiso en el BDSM, donde el acto de hacer cosquillas puede ser tanto una forma de juego sensorial como una expresión de dinámica de poder. Además, las cosquillas vigorosas pueden incorporar elementos de sadomasoquismo, ya que a menudo se sitúan entre el placer y el malestar. Esta dualidad de las cosquillas, en un equilibrio único entre el disfrute y la inquietud, lo distingue como una experiencia sensorial distintiva dentro de los contextos BDSM. Esta relación subraya la intrincada conexión entre el fetichismo de las cosquillas y el BDSM, lo que contribuye a la complejidad de las experiencias de cosquillas dentro del marco más amplio del comportamiento sexual. A pesar de los valiosos conocimientos sobre la biología del BDSM, incluida la activación cerebral y los cambios hormonales, la literatura existente carece de una comprensión integral del fetichismo de las cosquillas. El fetichismo de las cosquillas muestra una superposición con otros fetiches, incluido el fetichismo de los pies (podofilia), lo que sugiere conexiones potenciales entre estas diversas preferencias sexuales.

Dada la escasez de investigaciones previas sobre este tema en particular, un nuevo estudio del Dr. Shimpei Ishiyama, jefe del Grupo de Investigación de Neurogelotología del Instituto de Fisiopatología del Centro Médico Universitario de Maguncia, que explora las cosquillas en un contexto sexual, revelando su papel en la excitación sexual y la satisfacción de algunos individuos. La investigación encuestó a 719 participantes, descubriendo que las cosquillas pueden conducir a la satisfacción sexual y, en algunos casos, a los orgasmos.

La mayoría de las personas se ríen cuando les hacen cosquillas. Pero también hay personas a las que hacer cosquillas o ser cosquilleado desencadena la excitación sexual. Esta preferencia sexual se conoce como fetiche de cosquillas o knismolagnia.

El grupo de investigación de Maguncia investiga el trasfondo neuronal de la risa y las experiencias positivas. En su estudio actual sobre las cosquillas en el contexto de la sexualidad adulta, los científicos identifican diferentes roles en la interacción (cosquillas, cosquillas), así como diferentes métodos e intensidades de cosquillas.

La mayoría de los 719 participantes del estudio afirmaron que las cosquillas pueden satisfacerlos sexualmente. Casi la mitad de los encuestados informaron ser capaces de lograr satisfacción sexual sin cosquillas. Una cuarta parte de los encuestados, por otro lado, dijo que experimentaba orgasmos exclusivamente a través de las cosquillas.

Otro resultado interesante del estudio es que las experiencias relevantes de la infancia, como la representación de cosquillas en los dibujos animados, jugaron un papel decisivo en el desarrollo posterior de un fetiche por las cosquillas en algunos de los encuestados.

Hacer cosquillas es una actividad íntima que requiere un cierto nivel de confianza mutua. Puede unir a las personas y servir como salida para la energía sexual. Por lo tanto, los estudios futuros deberían investigar los mecanismos por los cuales las cosquillas desencadenan el placer sexual.


Datos clave del estudio:

1. El estudio es el primero en investigar las cosquillas en un contexto sexual, encontrando que pueden conducir a la satisfacción sexual e incluso al orgasmo para algunos.

2. Casi la mitad de los encuestados puede lograr satisfacción sexual sin cosquillas, mientras que una cuarta parte informó orgasmos exclusivamente a través de cosquillas.

3. Las experiencias de la infancia, incluida la representación de las cosquillas en los dibujos animados, se señalaron como influyentes en el desarrollo de un fetiche por las cosquillas para algunos individuos.

Por último, compartir esta reflexión de Plutarco: “Disfrutar de todos los placeres es insensato; evitarlos, insensible”.

Las cosquillas, más allá del mero placer