Un país que es capaz de alojar, dar de comer y divertir a noventa millones de visitantes pero es incapaz de dar vivienda a quienes viven en él, es un país fracasado, roto, inconstitucional.
El plan de los vecinos es "quedarse en sus viviendas y forzar a los caseros a una negociación colectiva que consiga soluciones para todas, sin que nadie se quede fuera".